domingo, 28 de septiembre de 2014

El día en que conocí a La Leyenda

This is the end, beautiful friend
This is the end, my only friend, the end
Of our elaborate plans, the end
Of everything that stands, the end
(The end- The Doors).

Me desconecté del blog por unos días. Durante cuatro días no hubo tiempo de contar anécdotas graciosas y sólo hubo lugar para trabajar  muy duro (como un esclavo, páguenme dinero). Bueno, un poco exagero, ya que el trabajo de "esclavo" se desarrolló en el castillo de Courtomer. Un castillo igual a esos que ves en las películas. Sólo que este tenía una particularidad: fue construido en 1789, el mismo año de la Revolución Francesa. El Conde de Courtomer fue un visionario del negocio inmobiliario. Pero por desgracia para él, a la gente de su época no le pareció una buena idea construir semejante fortaleza en esos tiempos... así que lo mataron.
Y ese fue el escenario escogido para que redactores publicitarios de todas partes del mundo hicieran un curso sobre marketing, negocios y redacción. No voy a contarte qué aprendí en el curso porque a vos no te van a interesar. Así que voy a contarte algo que ocurrió en ese castillo que cambió mi vida para siempre.
De chico había visto todas sus películas. Era fanático de él. Pero en definitiva pensé que era un mito. Alguien a quien nunca en mi vida vería. Pero la vida me dio una oportunidad que no esperaba y pude conocerlo. Pude cenar con La Leyenda. Así que aquí está: Chuck Norris.
Sé cómo son las Leyendas. Suelen decir que no son ellos, que sólo son parecidos, que los confundimos con otro. ¡Buen intento Chuck! Me dijo que su nombre era Philip y que era un economista australiano que sabía mucho de Real Estate y del apasionante fútbol australiano (de hecho se levantó a las 6:30AM para ver la final de esa liga). Pero a mí no me engañas Chuck. Por eso hice la investigación necesaria en internet y encontré este afiche que despeja todo tipo de dudas.

¡Gracias Chuck! Nunca olvidaré esos 4 días contigo en un castillo francés.
Por desgracia ayer al mediodía le dije adiós a mi amigo Chuck, quien le puso la frutilla al postre de este viaje. Quedan pocas horas para que esta nueva travesía europea llegue a su final. Pero como no todo es tan simple como uno desea, me acabo de enterar que hay una huelga de pilotos de Air France y no sé con seguridad si mi vuelo sale o no. Por suerte, tengo el número de Chuck para que irrumpa en las oficinas de esa aerolínea de mierda.

martes, 23 de septiembre de 2014

No hay mal que dure 100 años (salvo en Francia)

Él es el rey de una maldición, que lo hizo rey
Será feliz siendo triste, rey qué puedo decirte
(El rey de la triste felicidad-La Renga)

Cuando me desperté vi que la habitación era para mí solo. No quedaba ya ningún compañero de cuarto, todos se habían ido a sus países: felicidad en estado puro. Desayuno francés y de ahí a hacer el clásico recorrido por la ciudad de manera gratuita que ofrece la empresa Sandeman's New Europe (Publicidad No Tradicional pagada por Fabri para que promocione la compañía para la cual trabaja).
Es una buena idea hacer ese tour para tener un pantallazo general de la ciudad en la que uno está (por eso hubiera sido una mejor ida haberlo hecho ayer). La guía, una española nacida en Barcelona (¿es española o catalana?) nos dice de antemano que el tour va a ser largo y que vamos a conocer mucho de la historia francesa: desde la Edad media hasta la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial.
El comienzo es en la Catedral de Notre Dame. En palabras de la guía la Catedral está mejor en su parte trasera que en el frente. Si sos amigo mío conozco tu nivel intelectual así que voy a ponerlo en términos que vos puedas entender: tiene mejor culo que gomas.
Ese es sólo el comienzo, porque la guía prometió mucha historia y no miente en nada. El recorrido dura casi cuatro horas y sirve para conocer todos los detalles de la larga historia francesa. Pero no únicamente esos que encontrás en Wikipedia, sino también algunos bastante más pintorescos (que seguramente también deben estar en Wikipedia, pero dejame creer que me contaron algo súper secreto).
Y como sé algo súper secreto voy a compartirlo con vos. Vas a saber cuál fue la maldición que recayó sobre Francia durante más de 100 años. ¿Te acordás de los Templarios? Bueno, al parecer matar al último de los hombres de esta secta no fue una gran idea, porque mientras lo estaban quemando en la hoguera a Jacques de Molay se le ocurrió maldecir al Rey Felipe IV, al Papa Bonifacio VIII y a todo el pueblo francés. No sé si creer en ese tipo de hechizos, pero aquí van algunos datos fácticos:
-Felipe IV murió en un accidente de cacería en 1314.
-Bonifacio VIII murió enfermo ese mismo año.
-Casi un tercio de los franceses murió en 1314 por la plaga.
-20 años más tarde, Francia entró en la Guerra de los Cien años.
Y por si fuera poco: Francia no ganó un Mundial hasta 1998. 
Tremendo, por las dudas aclaro: si hay que saltar, salto por los Templarios.
¿Qué hice después de tantos datos históricos? Sí, dediqué mi tarde a trabajar mientras espero la llegada de Fer, mi nuevo compañero de viaje.
Por cierto, mañana partimos hacia Normandía para trabajar duro, así que nos reencontramos en este baticanal el próximo sábado. En lo que queda de la semana prometo subir algunas fotos.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Sacre Bleu! No entiendo una miegda

There's colors on the street
Red, white and blue
People shufflin' their feet

(Rockin' in the free world-Neil Young)

Fabri ya está en Madrid. Gregui sigue en Dublín (ok, prometo no hacer ningún comentario peyorativo sobre esta ciudad). Pero mi tarjeta de embarque marca París. Y hacia allí fuimos. Principalmente con la esperanza de que el hostel no fuera tan pedorro... y felizmente se cumplió, por lo que no va a hacer falta que nadie descargue su ira con Facu Prats.
Después de una noche de sueño profundo y reparador, llegó la hora de recorrer junto a Roy una de las ciudades más emblemáticas del mundo. Tantas cosas para ver. Tanto para visitar. ¿Por dónde empezar? No tengo idea, por eso Fabri me armó un listadito.
Para ir a lo seguro empezamos por la Catedral de Notre Dame. Se ve que mucha gente decidió también ir a lo seguro, porque la cola era de una cuadra. Por suerte avanzó rápido y en pocos minutos ya estábamos dentro para disfrutar de algunas pinturas, cruces y vitrós muy bonitos. Como primera parada cumplió realmente con las expectativas.
La segunda visita también prometía mucha cultura: el museo del Louvre. Por desgracia también prometía mucha gente y eso no nos defraudó. ¿Regalan dinero adentro? ¿Ahh no? ¿Y por qué la fila es tan larga, entonces? Bueno, quedará para más adelante (esperemos que alcance el tiempo).
Pero no te preocupes. Porque a París siempre le queda un as de espadas bajo la manga... Y esa es la Torre Eiffel. Después de caminar más de 30 cuadras la colosal torre se aparece frente a nuestros ojos (bueno, en realidad los míos, Roy aprovechó para tomarse una siesta dentro de la mochila). Hay dos posibilidades: subir por ascensor o a pie. Vamos a gamba... y vale la pena. No sé cuántos escalones fueron. Pero al final la llegada valió el esfuerzo. ¿O no?

De hecho estamos en lo que alguna vez fue el monumento más alto del mundo (300 metros).
Tras un rápido descenso llegó el momento de almorzar... y trabajar. Sí, trabajar. ¿Te acordás que vine por trabajo? Pues a eso me dediqué durante la tarde.
En fin, antes de que te vayas hay algo más. Todos los comentarios previos que había recibido sobre los parisinos era que son personas arrogantes que no ayudan absolutamente a nadie... y menos si uno no habla francés. Tengo que reconocer que no hablo una sola palabra de francés (hablo alemán que es mucho más copado ña ña ña ña). Pero por suerte, tres parisinos muy gentilmente se ofrecieron a orientarme un poco. No sé si fue su amabilidad o la .22 que llevo en el cinturón que los intimidó. De todos modos quiero agradecerles por esta vía a esos tres anónimos parisinos que hoy le brindaron un gran servicio a este joven argentino. Merci.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Dublín en imágenes

Acá van algunas fotos de estos dos intensos días en la capital irlandesa.

Con Gregui en la torre del Castillo de Irlanda.

Roy ve sus primeras tetas en su vida. Está muy conteto.

Breve visita al Oktoberfest en Dublín (sé que es septiembre peroasí son en Irlanda).

Vista muy linda desde la Península de Howtd.

Mientras publico esto, Fabri arma sus cosas para ir para el aeropuerto. Se va el tercer hombre de esta historia. Quedamos Roy y yo.

El gran escape

Tonight there's gonna be a jailbreak
Somewhere in this town
See me and the boys we don't like it
So were getting up and going down

(Jailbreak-Thin Lizzy)

Roy me pasa una pala, Fabri ilumina con la linterna y escavo con fuerza debajo de nuestra cama. Tenemos que operar de noche, para que ningún guardia se dé cuenta de nuestro plan. Se suda. Hay que planificar todo para que quepan las valijas. Pero finalmente vemos la luz del día y huimos hacia la casa de mi amigo Gregui. 
Se terminó la odisea. Corremos rápido, prometiéndonos que nunca volveremos a caer en esa cárcel o hostel. Cualquier película de cárceles que veas en televisión se parece en prácticamente todos los detalles a nuestra experiencia en el hostel: baños alejados, peleas entre prisioneros, capos del pabellón, etc.. Faltó sólo el duelo con facas.
Bueno, en definitiva, seguramente querés saber algo de Dublín. ¿Con qué te encontrarías si caminaras por sus calles? De cada 5 negocios, 3 son bares. La arquitectura de la ciudad es muy parecida a la inglesa, pero no lo digas porque los irlandeses odian a los ingleses (después de todo fueron colonia inglesa durante 7 Siglos).
Ahora dejame decirte algo sobre los irlandeses. Generalmente escucho que los estereotipos son malos, que no hay que prejuzgar a las personas y demás ganzadas. El prejuicio sobre los irlandeses es que son ebrios, pelirrojos y pendencieros. El prejuicio se aplica 100%. ¿Ves que al final los prejuicios son útiles?
Voy a contarte TEXTUALMENTE las mismas lecciones que nos enseñó un irlandés en un bar:
-"Si te casás... tomás"
-"Si vas a tener un hijo... tomás"
-"Si tu mujer se hace un aborto... tomás"
Listo, creo que se entiende. No importa lo que hagas o quieras hacer, pedite una pinta y tomá.
Hasta aquí llega la aventura por tierras irlandesas... y también la compañía de Fabri. En horas él volverá a Madrid (donde parece que es feliz, dice el Indio Solari). Pero Roy y yo tomamos otro camino. París nos espera.
PD: el hostel de París fue sugerido por mi amigo Facu Prats (el mejor diseñador de imagen del mundo). En caso de que sea una bosta igual que el de Irlanda voy a publicar su dirección y teléfono para que lo llamen y le tiren basura en la puerta de su casa.

viernes, 19 de septiembre de 2014

El peor hostel de tu vida

Oh, there is no escape,
The sea is full of sharks.
The tide takes you away, and
Smashes you on the rocks.
The sun is shining,
But feel not today,
It's warmth, it's dying,
And fading away.
(Devil's Island-Megadeth)

Seré breve, principalmente porque tengo poca batería y no sé cuán confiable es esta conexión de internet. Creo que estamos hospedados en el peor hostel de Dublín. Desde que llegamos jamás hubo conexión de internet, por lo que el propio conserje me dijo que me cuelgue de la red del hotel de al lado ¡y hasta me pasó la contraseña!
Si tenés la desgracia de caer en el hostel Kinlay primero te deseo que te sea leve. Y segundo te paso la red y la contraseña de internet que tenés que utilizar:
Red: Harding
Contraseña: 1256903478
Prometo ampliar en cuanto tenga más tiempo y un mejor servicio de internet (que no sé cuándo será).

København: Mange Tak!

Can't understand what is happening to me
this isn't real, this is only a dream
but I never have felt, no I never have felt this way before
(Heaven can wait-Iron Maiden)


ATENCIÓN: Esto que estás leyendo lo estoy escribiendo desde el avión. Los días en el paraíso nórdico han llegado a su fin...
Pero antes de contarte cuál es el próximo destino del inseparable trío tenés que conocer cómo fue el “hasta luego” a la capital danesa (porque algún día pienso volver, ¿no?). Esta vez no hay castillos, ni estatuas de guerreros ni Iglesias. El plan fue bastante más mundano.
¿Sabías que en Dinamarca están los dos parques de diversiones más antiguos del mundo? El Tivoli es el segundo, construido a principios del Siglo XX y en el cual se inspiró Disney para construir su propio parque (con datos como este en el próximo asado al que vayas la rompés). Adentro todavía se puede viajar en una montaña rusa de más de 100 años que es operada manualmente. Y también podés ver a chicos daneses que van al parque con la escuela y tienen que hacer ejercicios de física vinculados a los juegos. Estos daneses piensan en todo.
Pero en lo que seguro nunca pensaron en Dinamarca sería en escuchar a un argentino (Fabri) gritando como un imbécil “Viva Perón” al subirse a un juego de caída libre llamado Vértigo. Según palabras de Fabri, el Parque es muy danés, es decir: divertido pero no tanto. En definitiva, así se fue nuestra última mañana danesa.
La tarde en cambio nos tuvo paseando más de 40 cuadras hasta encontrar un lugar en el que pudiéramos imprimir las tarjetas de embarque. Sí sí, sé que suena absurdo. Nuestra primera opción fue un locutorio, como haríamos en Buenos Aires (o en cualquier otra parte del mundo). La mala noticia es que no encontramos ninguno, así que entramos en una librería, que resulta una buena opción para un Plan B. Pero allí también nos abrazamos con el fracaso. Así que muy gentilmente nos sugirieron dirigirnos a la ¡Biblioteca Pública de Copenhage! ¿No hay otro lugar en toda la ciudad para imprimir dos páginas? Al parecer no. Muy moderna la biblioteca, es un espacio de intelectuales y tiene una gran colección de libros del período bahhhh ¿a quién le importa? Imprimimos y volvimos al hostel a buscar nuestras valijas.

Claro, en el bar del hostel nos encontramos con nuestros compañeros de habitación, los ebrios Miles y Jordan, quienes también estaban abandonando la ciudad. Valijas en la mano y Roy en la mochila (se convirtió en el primer gallo en visitar Dinamarca dos veces, sépanlo World Guinnes Record) partimos hacia el aeropuerto. En el camino sello mi promesa de lealtad eterna con esta ciudad. Fueron las últimas imágenes de Copenhage… ahora es el momento de explorar Irlanda.