jueves, 3 de mayo de 2012

Qué Nobel es la nobleza

'Cause I'm TNT, I'm dynamite
TNT, and I'll win the fight
TNT I'm a power load
TNT watch me explode
(TNT-AC/DC).

Apenado porque su mayor invención, la dinamita, había sido utilizada en contra de la humanidad, Alfred Nobel (el acento va en la e, Nobél) dejó establecido en su testamento que debía realizarse un premio para recompensar a aquellas personas que hayan contribuido al desarrollo del hombre en Literatura, Paz, Medicina, Física y Química. Ajam, y en la isla en la que estoy parando está el museo de ese señor. Vamos para allá. Por motivos de refacciones internas, la entrada cuesta la mitad. El día arranca con buenas noticias. Antes de llegar a Estocolmo, había estado lloviendo durante tres semanas seguidas, cuando arribamos Roy y yo, la ciudad nos recibió con un cielo prístino.
Dentro del recinto, por el techo circulan las fotografías de los más de ochocientos premiados. De casualidad, al entrar aparece la de Bernardo Houssay, Premio Nobel de Medicina y argentino. Por dentro tengo ganas de decirle con desesperación a la señora de la mesa de entrada "Señora, señora, ¡ese es nuestro!", pero sólo atino a  preguntarle "¿Cuánto es?". Abonado el ingreso, el guía nos detalla desde los comienzos de Nobel como inventor y de sus frustrados intentos por ser poeta hasta la creación del Premio y las modalidades de entrega y nominación. Lo más interesante es que sólo quien ha ganado el Premio Nobel está enterado de que fue nominado, puesto que el resto de las nominaciones permanecen en secreto. Estoy casi seguro entonces que alguna vez me nominaron y por intereses en mi contra no fui premiado. Está más que claro.
Pegado al Museo se encuentra la Catedral de Estocolmo, principal Iglesia de la ciudad, en la que se realizan las bodas de la realeza sueca y segundo destino del día. Por fuera la Catedral parece algo pequeña. Por dentro lo es. Claro, es pequeña. Bueno, de todos modos sirve para ver un par de estatuas, los asientos reales, reservados para los reyes suecos, y de enterarnos que el fundador de la ciudad se llama Birger Jarl. Anoten chicos, porque no se da mucha historia de Suecia en el colegio.
Dado que el día venía para el lado de la Monarquía, nos dirigimos al Palacio Real a mostrar nuestros respetos a la realeza sueca y conocer las distintas habitaciones del edificio, bueno, al menos las que están habilitadas al público. Una vez afuera se desarrollaba el cambio de guardia, una tradicional ceremonia que resultaba un viaje en el tiempo al Siglo XVII. Anacronismo puro. De todos modos, preferible obedecer a la guardia real y no discutir con ella.
Ah, me olvidaba, el jabón hace buena espuma. Lo vale completamente.

2 comentarios:

  1. ¿Sabés en qué Colegio estudió Houssay?
    Sí, ahí mismo.

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  2. Buen tema.... igual, prefiero la parte en la que dice "so look up yor daughter, look up your wife, lock up your back door, and run for your life.....". Conste que lo estoy escribiendo de memoria fonética, el inglés puede fallar.

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