domingo, 6 de mayo de 2012

Un gordo peculiar

En el oeste está el agite,
el líder manda pero vos, vos te quebrás
(El 38-Divididos).

En Madrid, hace casi cuarenta y cinco días nos habíamos dicho hasta luego sin saber con precisión dónde volveríamos a vernos o cuándo. Atrás Madrid, Berlín, Munich, Hamburgo, Copenhague, Gotheburgo y ahora también quedaba en el recuerdo Estocolmo. En el Oeste está el agite y hacia allí partimos en un largo viaje de tren desde la capital sueca hasta la desconocida capital noruega.
Oslo es nuestra nueva parada. Esta vez con Fabri uniéndose al indisoluble lazo creado con el gallo Roy. Somos tres de nuevo, el equipo completo. Además, fue Fabri quien se encargó de reservar la habitación en esta nación. Una habitación doble, para poder descansar sin inconvenientes a la noche. Bueno, eso es lo que decía el folleto, la verdad es que las cosas no siempre salen de acuerdo al plan.
Arribé a Oslo pasadas las tres de la tarde con mi mascota en la valija y varias coronas noruegas en mi bolsillo. Aguardé con paciencia por la llegada de mi amigo, que se produjo pasadas las seis de la tarde. Abrazo de reencuentro y a ir por nustra habitación. Digamos que de la comodidad de un cuarto para dos pasamos a la aventura de compartido con cuatro personas más.
Entrados en nuestro cuarto y de inmediato entramos en contacto con nuestro nuevo compañero, a quien simpáticamente apodamos Gordo Choto. Tras un breve diálogo con él nos enteramos que viene de Noruega, de un pequeño pueblo de pescadores (eso explica que tenga una pecera junto a él). Mientras preparamos nuestras camas, el conviviente nos interroga acerca de dónde venimos. Más tarde quiere saber por cuántos días nos quedaremos en la habitación y formula la pregunta en castellano.
Maldición. Estamos con un noruego que habla castellano. Debe haber tres en todo el mundo y estamos con uno que lo hace. Nos miramos con Fabri. Algo se debe estar tramando. ?Por qué nos interroga tanto? Luego quiere saber si nos molesta que ponga la música alta, a lo que accedemos sin problemas.
Esta noche domiremos con una faca bajo la almohada. Es mejor prevenir que lamentar.

3 comentarios:

  1. Cambien el "gordo" por "dogor" ("choto" no debe saber lo que es), y creo que están a salvo.

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  2. Un gusto en conocerte y gracias por el dato (arranco a buscarte reemplazante en el concurrido magdalena s)

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